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¿ Qué cambios puedo esperar en mi vida si practico Biodanza ?

La afectividad es el pilar fundamental de Biodanza. Los seres humanos necesitamos relacionarnos con otros seres humanos, y Biodanza es un entorno ideal para ello. Podrás comprobar por ti mismo que Biodanza es una herramienta maravillosa para aprender a conectar con los demás, manteniendo firme tu propia identidad, es decir la conexión contigo mismo.

Otro aspecto fascinante de Biodanza es cómo nos puede ayudar a conectar con el Todo, con lo sagrado, con lo trascendente, sin entrar para nada en temas religiosos, respetando escrupulosamente la ideología y religión de cada cual, siempre y cuando éstas no atenten contra el respeto a la Vida o contra la igualdad básica entre todos los seres humanos.

Los científicos han comprobado también que Biodanza puede disminuir mucho el estrés, aportando paz a mi existencia, y su práctica habitual activa y regula mis sistemas endocrino, nervioso e inmunitario, logrando que recupere el equilibrio fisiológico que suele estar tan alterado por los ritmos y condicionantes de la vida occidental moderna.

Biodanza también nos reconcilia con el mundo de lo instintivo, tan maltratado antes y ahora, permitiendo una modulación sana y natural de nuestros instintos que corrija y evite los tremendos desajustes que se producen cuando dichos instintos se reprimen o descontrolan.

En definitiva Biodanza incrementa de forma natural mi alegría de vivir, sin teorías ni compromisos raros, respetando mis creencias y valores personales, mejora mi estado físico, mi capacidad de víncular afectivamente, mi empatía y afina mi tono mental, ayudándome a recuperar el control sobre algo tan valioso y poderoso como es mi propia mente, además me ayuda a reubicarme en el Universo, a encontrar mi sitio. y me reconecta con la Naturaleza a través de una modulación saludable de lo instintivo.