Preguntas
frecuentes
Preguntas frecuentes sobre la forma
- Grupo: una sesión de Biodanza siempre se desarrolla en grupo de como mínimo 4/5 personas, aunque son deseables grupos más numerosos para que haya más posibilidad de interacción. Por eso siempre decimos que una vez que hayamos constatado que Biodanza nos interesa (para lo que puede ser necesario acudir durante varias sesiones), es fundamental mantener un compromiso de asistencia regular.
- ¿ Cómo danzaremos ?: pues solas o solos, en pares (dos personas del mismo o distinto sexo) y en grupo, parcial o total. Esto se hace así para poder interactuar/conectar con nosotros mismos, con el otro y con la totalidad.
- Parejas afectivas: una pareja afectiva puede por supuesto acudir a Biodanza, aunque puede ocurrir que en alguna vivencia no dancen con su pareja sino con otra persona (esto es bastante aleatorio y ni se busca ni se pretende evitar).
- Duración: 2 a 2 1/2 horas
- Relato de vivencia: fase inicial hablada, suele ser sentados en círculo, consiste en una puesta en común, voluntaria, de lo que cada asistente quiera aportar normalmente relacionado con su situación personal o con las experiencias vividas en la última sesión. Se solicita la escucha ecológica, la empatía y el no juicio por parte de los oyentes.
- Ejercicios (vivencias): acabado el relato de vivencia nos pondremos en pie para dar paso a, aproximadamente, entre 8 y 15 ejercicios que en Biodanza denominamos vivencias (porque son completamente vivenciales, experienciales, prácticos) y que suele comenzar y terminar con sendas rondas. De ahí lo común de la imagen de la ronda en la iconografía de Biodanza.
- Post-sesión: después de la sesión de Biodanza a veces ocurre que el grupo se dirije a algún lugar de reunión, por ejemplo una terraza, para celebrar el encuentro compartiendo charlas y/o tomando algo. Por supuesto esto es totalmente opcional y fuera de programa, pero muy divertido, y además potencia mucho la cohesión grupal. Se suele llamar informalmente biocaña.
No. En Biodanza pretendemos expresarnos libremente, que la música nos dance a nosotros, y no al revés., movernos desde la emoción, no desde el pensamiento. Dejemos a un lado pues las coreografías y pasos aprendidos, soltémonos, fluyamos, expresémonos tal cual somos.
Ah, y así como el sentido común probablemente es el menos común de los sentidos, el sentido del ridículo es seguro el más ridículo e innecesario. En Biodanza dejamos el juicio a un lado entre otras cosas para no juzgar como nos movemos, nosotros o los otros, porque todo ser humano es sagrado, y cuando se expresa moviéndose desde su emoción estamos ante un milagro de la vida.
Hay que distinguir varios casos:
- Grupos de adultos: Biodanza habitualmente es practicada por adultos, entendiendo por tales personas de 18 ó más años. No obstante, pueden acudir adolescentes que estén cerca de cumplir esa edad acompañados por algún familiar responsable (que también ha de participar en la sesión). No hay edad máxima, aunque se requiere un mínimo de capacidad física para su práctica natural y efectiva.
- Grupos de niños/adolescentes: pueden ser grupos de solo niños/adolescentes (habitualmente organizados por tramos de edad) o grupos en los que acuden acompañados de algún familiar (habitualmente madre y/o padre), en cuyo caso hablamos de Biodanza para familias.
- Biodanza adaptada: para personas con algún tipo de especificidad física, emocional o mental, puede haber grupos especialmente adaptados, dentro de lo que se conoce como Biodanza clínica. Estos grupos se suelen crear de forma puntual en entornos concretos, por ejemplo instituciones dedicadas a la promoción de actividades para la tercera edad.
- Escucha, cuidado y respeto: hacia mí mismo y hacia el otro, no hacer nada que no quiera hacer, y mucho menos intentar obligar a alguien a ello.
- Progresividad y autorregulación: siempre de menos a más, orgánicamente, nunca forzar.
- No juicio: no comparemos, no nos juzguemos ni juzguemos al otro.
- Dejar la palabra: para permitir el descanso de la mente conceptual y centrar nuestras energías en estar aquí y ahora. Durante la sesión los alumnos no hablan.
- Vivencia es como llamamos a los ejercicios en Biodanza. Reciben esta denominación porque de lo que se trata es de experimentar desde el ser, es decir vivenciar, no de ejercitarnos como si de una disciplina gimnástica se tratase. Las vivencias son un tipo de meditación activa, pretendemos estar en el flujo, atender solo al aquí y ahora, a la presencia.
- Las vivencias suelen ser muy variadas, predominando las de expresión a través de la danza, pero también las hay de voz, de caricia/masaje, de creatividad artística, etc., todo ello integrado en un todo armónico y respetuoso que se organiza en 5 líneas vivenciales: afectividad, creatividad, sexualidad, vitalidad y trascendencia.
- La progresividad es absoluta, no realizarás ninguna vivencia en la que no desees participar y aunque en Biodanza se fomenta la cercanía física entre los participantes, porque tenemos la evidencia de que esa cercanía es algo que realmente necesitamos como seres humanos, todo ello es siempre armónico y paulatino y desde el mayor respeto al propio individuo y a los demás.
Si exceptuamos los módulos de formación para futuros facilitadores en las escuelas de Biodanza, hay básicamente tres tipos de sesiones:
- Sesión de Biodanza regular: suele ser una vez a la semana y como su nombre indica supone un compromiso mantenido de asistencia por parte de los alumnos. No suele haber un número muy alto de asistentes (habitualmente entre un mínimo de 5/6 y un máximo de 25/30).
- Sesión de Biodanza de intensivo: los intensivos pueden ser de un día, de dos (típicamente un fin de semana), o incluso de más (por ejemplo unas biovacaciones). Durante los intensivos puede haber dos o más sesiones al día, sesiones que pueden tener una duración diferente a la de una sesión de Biodanza regular, menor, o, habitualmente, mayor. Estas sesiones suelen ser más «intensas» que las de Biodanza regular y suelen contar con un número más alto de asistentes que las sesiones regulares, pero normalmente no mayor de 50/60 personas.
- Sesión de Biodanza de festival o congreso: son sesiones especiales, correspondientes a eventos puntuales, en los que la duración de una sesión puede ser también especial. En los festivales y congresos las sesiones suelen ser muy numerosas, pudiendo alcanzarse aforos de varios cientos de personas.
Por supuesto, en Biodanza aceptamos plenamente la diversidad de género como una forma más de expresión de la riqueza de la vida.
Para nosotros lo ideal sería una proporción equilibrada de energía yin y yang (por hablar de principios, no de sexos o géneros), pero no suele ocurrir así.
La experiencia apunta a que suele prevalecer la energía yin sobre la yang. Por ejemplo lo habitual es que acudan más mujeres que hombres, y ello pese a que Biodanza es una técnica magnífica para la liberación/modulación emocional, y los hombres solemos estar más necesitados de ello que las mujeres.
Toda esa información la ofrecemos en la página dedicada a Aspectos Prácticos.
Preguntas frecuentes sobre el fondo
No.
Salvo en la extensión Minotauro (Biodanza tiene «ampliaciones» a las que llamamos extensiones), que sólo se realiza en talleres intensivos y de forma voluntaria, Biodanza siempre trabaja en el lado “amable” de la existencia, aunque lo hace sin perder de vista el mundo de “la sombra”.
Por ejemplo, para trabajar el odio recurre al amor, para trabajar el temor al rechazo y al abandono trabaja la reparentalización de nuestro niño interior, etc.
No se busca dejar a nadie en estado de shock para que “despierte”, sino mostrarle, dulce pero firmemente, sus opciones para caminar hacia una vida mejor.
En absoluto. Pero argumentemos un poco.
Si nos vamos al diccionario veremos que el concepto de secta es complicadillo, en principio se refería a un segmento alternativo de una corriente mayoritaria, sin ningún tipo de connotación negativa. El concepto peyorativo de anatema o herejía surge después. Y en la actualidad aparece una nueva acepción que podríamos resumir como «secta peligrosa o destructiva».
Biodanza no es desde luego una secta, es cierto que defendemos una postura biocéntrica de la vida (la vida como el hecho más importante del Universo), que valoramos la afectividad como vehículo fundamental de comunicación humana, y la igualdad desde el nacimiento de de todos los seres humanos en cuanto a derechos y obligaciones, pero respetamos escrupulosamente las ideas, religiosas o no, de cada cual (siempre que esas ideas sean también respetuosas hacia las demás), no hacemos ningún tipo de proselitismo, ni tenemos gurús o maestros, ni hacemos declaraciones sobre el sentido de la vida, ni pretendemos saber más de ello que otras personas por el hecho de practicar Biodanza, ni nos metemos en cómo cada cual organiza su existencia.
Otra cosa es que a raíz de practicar Biodanza las personas puedan cambiar la forma en que piensan sobre ciertas cosas de la vida, pero eso también pasa si practican alpinismo por ejemplo o, especialmente, si deciden ser más humanos, comprensivos, solidarios y empáticos.
Desde luego.
Biodanza me conecta conmigo mismo, ayudándome a integrar mis ejes físico, afectivo, mental y trascendente. También me conecta con el otro y con la Totalidad permitiéndome trazar y seguir mi camino personal hacia la mejora de mi existencia.
Sin dudarlo.
Biodanza permite trabajar intensamente temas como la ansiedad, el estrés, el insomnio, la asertividad, la resiliencia, la creatividad, el abandono de la timidez, la apertura a la alegría de vivir, las relaciones humanas y sus límites, la libido, el ímpetu vital, el ritmo y los ciclos biológicos, la armonía existencial, etc.
Por supuesto, ante cualquier afección de cierta importancia recomendamos acudir a los profesionales de la salud competentes.
Biodanza se organiza por niveles, iniciación, profundización, y radicalización (que se refiere a enraizamiento). Siempre se comienza por iniciación. En el comienzo de un grupo de iniciación el contacto más estrecho puede ser cogerse de las manos.
Los seres humanos somos mamíferos y para los mamíferos el contacto con sus semejantes es vital. Para nosotros es algo todavía si cabe más importante, porque el contacto está muy relacionado con el mundo de lo emocional, tan desarrollado en el ser humano, y es por ello que resulta un tema complejo, delicado. Como ya hemos dicho es algo imprescindible para la correcta evolución y equilibrio de nuestro ser, pero a su vez está sometido a tensiones de todo tipo, regulaciones, prohibiciones, inhibición, desmesuramiento como reacción anti-represiva, etc.
En Biodanza pretendemos colocar esto en su justo sitio. El contacto es fundamental, pero más lo es que esté rodeado de un sostén emocional correcto, porque de no ser así puede provocar el rechazo más enérgico incluso por aquellas personas que lo necesitan urgentemente.
Desde luego que sí. Biodanza es una técnica basada en la vivencia, que es un tipo de meditación activa, estar completamente presente, aquí y ahora, pero hacerlo desde la corporeidad, no desde la mente, desde el sentir, no desde el pensar.
Entrar en vivencia es gozar plenamente del momento presente, del único que existe, sin pasados ni futuros.
Y por supuesto Biodanza es plenamente compatible con otras formas de trabajo personal.
La afectividad es el pilar fundamental de Biodanza. Los seres humanos necesitamos relacionarnos con otros seres humanos, y Biodanza es un entorno ideal para ello. Podrás comprobar por ti mismo que Biodanza es una herramienta maravillosa para aprender a conectar con los demás, manteniendo firme tu propia identidad, es decir la conexión contigo mismo.
Otro aspecto fascinante de Biodanza es cómo nos puede ayudar a conectar con el Todo, con lo sagrado, con lo trascendente, sin entrar para nada en temas religiosos, respetando escrupulosamente la ideología y religión de cada cual, siempre y cuando éstas no atenten contra el respeto a la Vida o contra la igualdad básica entre todos los seres humanos.
Los científicos han comprobado también que Biodanza puede disminuir mucho el estrés, aportando paz a mi existencia, y su práctica habitual activa y regula mis sistemas endocrino, nervioso e inmunitario, logrando que recupere el equilibrio fisiológico que suele estar tan alterado por los ritmos y condicionantes de la vida occidental moderna.
Biodanza también nos reconcilia con el mundo de lo instintivo, tan maltratado antes y ahora, permitiendo una modulación sana y natural de nuestros instintos que corrija y evite los tremendos desajustes que se producen cuando dichos instintos se reprimen o descontrolan.
En definitiva Biodanza incrementa de forma natural mi alegría de vivir, sin teorías ni compromisos raros, respetando mis creencias y valores personales, mejora mi estado físico, mi capacidad de víncular afectivamente, mi empatía y afina mi tono mental, ayudándome a recuperar el control sobre algo tan valioso y poderoso como es mi propia mente, además me ayuda a reubicarme en el Universo, a encontrar mi sitio. y me reconecta con la Naturaleza a través de una modulación saludable de lo instintivo.
El nombre de Biodanza, elegido por su creador, Rolando Toro, hace referencia a la danza de la vida.
Biodanza, el ecologismo, el veganismo o vegetarianismo y la vuelta a la tierra comparten quizás que en todos los casos se trata de movimientos de respeto a la vida, pero cada cual luego tiene sus peculiaridades y diferencias que pueden llegar a ser enormes.
En Biodanza hay personas del movimiento ecologista, pero también directivos de empresas que no tienen nada que ver con el ecologismo, hay veganos y personas que nos alimentamos omnívoramente, hay gente que vive en entornos rurales dedicadas a tareas de agricultura y ganadería y hay obreras y obreros, personal sanitario y oficinistas, y profesoras y profesores, y artesanas y artesanos, hay personas que practican diversas clases de religión y otras que no, etc.
En Biodanza abrazamos la diversidad, creemos que nos enriquece a todas y todos.
Biodanza es desde luego una técnica de modulación emocional, pero que parte de la corporeidad, por ello se trabaja el cuerpo intensamente.
La parte vivencial de una sesión de Biodanza tiene dos fases, la primera que va de menor a mayor intensidad física y la segunda, que va descendiendo hasta momentos que pueden ser de relax muy profundo.
La primera parte de una sesión de Biodanza puede alcanzar un nivel de intensidad física alto, similar al de una clase de fitness, un GAP, o un paseo a ritmo rápido o carrera, aunque depende mucho del nivel físico de cada cual, pues siempre hay que autorregularse. Lo habitual es sudar la camiseta y quemar un buen montón de calorías.
En la segunda parte vamos a ir parando, poquito a poquito, hasta descender en la mayoría de las sesiones a niveles de relajación muy profundos, con todas las ventajas físicas inherentes.
En todas las sesiones vamos también a trabajar la mente, aunque a veces ese trabajo se centre precisamente en relajar un poquito ese elemento compulsivo e incansable que no suele callarse ni de noche ni de día, o al menos cuando más necesitamos que se apacigüe.